Si bien la piel de cada persona es única ya que está determinada genéticamente, existen algunos indicativos que te pueden ayudar a saber qué tipo de piel tienes. Hay cuatro clasificaciones básicas de piel sana: normal, seca, grasa y mixta. No obstante, el estado de nuestra piel depende de múltiples factores tales como la alimentación, el clima e incluso las emociones.
Tipos de piel: normal, seca, grasa, mixta
Desde la cosmetología podemos encontrar cuatro tipos de piel sana: normal, seca, grasa y mixta (tiene propiedades de la grasa y de la seca). A continuación, profundizaremos en cada una de estas categorías.
Piel normal: Es una piel que presenta una textura regular, sin imperfecciones y un aspecto suave y limpio, sin necesidad de cuidados especiales. Aunque la zona T (frente, mentón y nariz) puede ser algo grasa, el sebo y la humedad globales están equilibrados y la piel no es demasiado grasa ni demasiado seca. Se caracteriza por presentar los poros finos, una textura suave y lisa, su color suele ser rosado. Aunque hay que destacar que a medida que envejece una persona con piel normal, su piel llega a secarse más.
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Piel seca: En muchos casos, la piel seca suele ser algo temporal, causada por factores externos como el clima, la baja humedad del aire y la inmersión en agua caliente. No obstante, puede ser que este tipo de piel perdure a lo largo de la vida. Las características de la piel seca pueden ser sensación de tirantez y aspereza, presentar un color gris ceniza, ser más propenso a la descamación, picor e incluso pequeñas grietas.
Piel grasa: Este es quizás el tipo de piel más común de encontrar. Un cutis graso tiene una apariencia porosa, húmeda y brillante. Estas características se deben al exceso de producción de grasa por las glándulas sebáceas, que a su vez suele estar determinado por causas genéticas u hormonales. Es frecuente en adolescentes y jóvenes menores de 30 años y suele estar relacionada con la aparición de acné.
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Piel mixta: Este tipo de piel tiene las características de la piel seca y grasa, ya que la distribución de las glándulas sebáceas y sudoríparas no es homogénea. La zona más grasa suele corresponder a la zona T (frente, nariz y barbilla), mientras que en las mejillas la piel es normal o seca. Puedes notar los poros agrandados en la zona grasa, tal vez con algunas impurezas.