El rubor es uno de los productos imprescindibles en el maquillaje, capaz de transformar el rostro al darle frescura, vitalidad y, sobre todo, estructura. Al elegir el tono adecuado, no solo se resalta la naturalidad de las mejillas, sino que también se pueden definir los ángulos faciales y lograr un acabado más estilizado.
Si estás buscando la colorimetría de rostro indicada, debes entender cómo tu tono de piel influye en la elección del rubor. Aquí te mostramos qué gama de colores te ayudarán a lucir facciones más finas.
¿Cómo elegir el rubor ideal según tu tono de piel?
Para lograr un look armonioso y favorecedor, es importante tener en cuenta tanto el tono como el subtono de tu piel al elegir un rubor. Si tienes la piel clara, los tonos suaves como el rosa pastel o el melocotón claro son perfectos para ti. Estos añaden una definición discreta y un toque de luminosidad, sin que se vean demasiado marcados. Aplica el rubor justo debajo de los pómulos para obtener un resultado más estilizado.
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Si tu piel tiene un tono medio, debes inclinarte por los rubores en tonos cálidos como el coral, el durazno o el rosa. Estos colores intensifican las facciones y ayudan a crear un contraste suave y armonioso con el resto de tu maquillaje. Para lograr una mayor definición, puedes optar por aplicarlo de forma más intensa en las áreas exteriores del rostro, justo debajo de los pómulos.
¿Qué colores de rubor son mejores para pieles morenas y oscuras?
Para las pieles morenas, los tonos cálidos como el terracota o el bronce son excelentes opciones. Estos colores aportan profundidad y definición, resaltando la estructura ósea de manera natural. Además, añaden un toque de calidez y luminosidad a las mejillas.
Si tienes la piel oscura, los rubores en tonos más intensos como el vino, ciruela o bronce profundo son muy favorecedores. Estos colores no solo ayudan a definir las facciones, sino que también crean un contraste atractivo que aporta sofisticación y realza las mejillas.
¿Cómo aplicar el rubor para obtener un efecto de definición?
El truco para que el rubor realmente resalte tus facciones está en la aplicación. Para un acabado más estructurado y con efecto lifting, aplica el rubor en la parte superior de los pómulos y difumínalo hacia las sienes. Este movimiento crea un efecto de elevación natural en el rostro, ayudando a resaltar los ángulos y a definir el rostro de forma más delicada.
Además, si deseas mayor profundidad, puedes combinar dos tonos de rubor: uno más claro en las manzanas de las mejillas y otro más oscuro en las zonas exteriores. Esta técnica da un efecto multidimensional y ayuda a dar más forma a tus facciones. Los rubores en polvo son ideales para un acabado duradero y preciso, mientras que las versiones en crema ofrecen un toque más luminoso y natural.