Colocar hielo sobre la piel es una técnica que se utiliza en diversos procedimientos estéticos y terapias de desinflamación. En el caso de los primeros, el frío ayuda a tener resultados rápidos para combatir el envejecimiento, el acné y las ojeras. Además, favorece la hidratación, revitalización y tonificación de la piel.
Efectos y beneficios del hielo en la cara
La aplicación de hielo en la cara también se conoce como face icing y es una técnica sencilla que consiste en realizar masajes circulares con hielo para hidratar, revitalizar y tonificar la piel. Entre los efectos y beneficios de este procedimiento, se destacan los siguientes:
- Trata el envejecimiento
- Mantiene la firmeza
- Desinflama el rostro
- Estimula la circulación sanguínea
- Destensa los músculos faciales
- Disminuye la hinchazón facial y debajo de los ojos
- Revitaliza
- Tonifica
- Reduce las ojeras
- Cierra los poros
- Combate el acné
- Alivia la piel irritada
¿Cómo aplicar hielo en la cara?
Este procedimiento se puede realizar una o dos veces al día:
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- Limpiar el rostro
- Envolver el hielo en una tela o pañuelo: es muy importante evitar el contacto directo del hielo sobre la piel, ya que puede causar quemaduras.
- Realizar suaves masajes o movimientos circulares en sentido de los músculos para que penetre mejor el frío
Esta técnica se puede realizar en las mejillas, barbilla, frente, labios, nariz, párpados, sienes y debajo de los ojos (ojeras). Antes de realizar el procedimiento, se debe evitar cualquier exposición solar, para no sufrir irritaciones o quemaduras. Y luego de realizar la técnica, hay que colocar un producto humectante.
Sin embargo, antes de aplicar cualquier método con hielo en el rostro, hay que consultar con un profesional de la dermatología para saber si hay riesgo de alergias u otras afecciones de la piel. Si bien es una práctica que se puede realizar en casa, lo cierto es que debe estar aprobado y supervisado por una persona capacitada o experta en el área.