Para los dueños de perros, dejar a su fiel compañero al cuidado de otra persona o en una guardería por un tiempo prolongado puede ser una experiencia angustiante. La preocupación por cómo reaccionará el perro, si estará triste o ansioso, es un interrogante común. El comportamiento canino es un reflejo de su relación con el entorno y, especialmente, con su dueño. Pero, ¿qué es lo que realmente siente un perro cuando no ve a su dueño?
La respuesta a esta pregunta radica en la naturaleza social de los perros. Los caninos son animales que dependen fuertemente de su manada, y en un entorno doméstico, su dueño se convierte en el líder de esa manada. La separación de este líder puede generar un estado de ansiedad conocido como "ansiedad por separación". Esta condición es más común de lo que se piensa y puede manifestarse de diversas formas, como ladridos excesivos, destructividad o incluso depresión en el perro.
Ansiedad por separación: un desafío emocional para los perros
Cuando un perro no ve a su dueño por un período prolongado, puede experimentar una profunda sensación de incertidumbre. Esta ansiedad por separación se origina por el miedo a que su líder no regrese. Los perros que desarrollan esta condición tienden a mostrar comportamientos extremos, como intentar escapar, llorar, o volverse excesivamente apegados cuando el dueño regresa. En casos severos, pueden incluso rechazar la comida o presentar problemas de salud.
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Para mitigar esta ansiedad, es fundamental que los dueños adopten ciertas medidas. Una de las más efectivas es la desensibilización. Este proceso consiste en acostumbrar al perro a las salidas del dueño de manera gradual. Comienza con ausencias breves que se van extendiendo poco a poco, permitiendo que el perro se habitúe a la idea de que su dueño siempre regresa. Además, proporcionar juguetes interactivos o un lugar seguro y confortable donde el perro pueda refugiarse también puede ayudar a reducir la ansiedad.
Otra estrategia útil es mantener una rutina estable. Los perros encuentran consuelo en la previsibilidad, por lo que establecer horarios fijos para alimentarse, pasear y jugar puede brindarles seguridad. Si bien la tecnología ha avanzado y existen dispositivos que permiten a los dueños hablar con sus mascotas cuando están fuera, lo más importante es asegurarse de que el perro sepa que, aunque el dueño no esté físicamente presente, siempre regresará a casa.