Actualmente es común escuchar que la generación Z (personas nacidas a finales de la década de los 90 y principios de los 2000) es “de cristal”, y quienes lo usan suelen tener una serie de argumentos refiriéndose específicamente a cómo enfrentan problemáticas y a su forma de trabajar; sin embargo, una serie de especialistas ha analizado si realmente esto es verdad y si el término utilizado para estos jóvenes es adecuado.
Suele escucharse que los nacidos hacia el nuevo milenio (quienes actualmente ya se encuentran en edad laboral) son “flojos”, que toman las situaciones de una forma “muy sensible”, y que “piden mucho sin comprometerse”, argumentando que las generaciones anteriores llegaban a trabajar durante jornadas muy extensas sin quejarse.
Dado lo anterior, hay personas que han decidido llamar a estos adultos jóvenes como la “generación de cristal”; no obstante, expertos en psicología decidieron analizar si realmente esto es cierto o si su forma de comportarse tiene otra explicación.
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¿Es cierto que la generación Z es “de cristal”?
Mario Gutiérrez, PhD y docente de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, explicó que es necesario considerar que los nacidos a finales de los 90 y principios del 2000 crecieron en un entorno de rápidos e importantes avances tecnológicos, considerando por ejemplo el internet, los teléfonos inteligentes, dispositivos electrónicos, la interacción virtual, por mencionar algunos.
Asimismo, el experto explica que esta generación ha vivido más estrés pero no sólo en los referente al ámbito académico y laboral, sino también en cuanto a la presión social (resultado de las redes sociales), así como la incertidumbre económica y política actual o la falta de acceso a recursos de salud mental adecuados. Todo lo anterior, explica Gutiérrez, ha generado que los jóvenes de la actualidad tengan más ansiedad y depresión.
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Únicamente considerando las redes sociales, el experto argumenta que, aunque tienen puntos positivos como la conexión con amigos y familiares, también representa problemas a la salud mental debido a “la comparación social, la extensión del matoneo en contextos educativos hacia el ámbito virtual o denominado FOMO (Fear of Missing Out, en español Miedo a perderse algo), que genera presión para participar constantemente y mantenerse al día con lo que hacen los demás”.
A lo anterior, comenta Gutiérrez, se suma el sedentarismo, la falta de sueño y el aumento de alimentos ultraprocesados que, a su vez, genera mayores índices de obesidad y enfermedades cardíacas.
No obstante, estudios han señalado que la generación Z tiene características positivas, tales como: benevolencia, universalismo y empatía, algo que conllevan con mayor notoriedad que generaciones anteriores como la X; además, suelen estar informados sobre lo que pasa en el mundo, volviéndose más sensibles a las problemáticas sociales de la actualidad.
Como resultado, la generación Z, mencionan estudios, protesta contra lo que vivieron generaciones como las de sus padres, van en contra del racismo, la misoginia, la contaminación, la violencia sexual, la discriminación o la explotación.
En cuanto al término de “generación de cristal”, la psicóloga y escritora Annie de Acevedo afirma que no es adecuado, pues asegura que más bien no saben esperar y “son dados a la gratificación inmediata”; no obstante, aunque en lo laboral no toleran que les griten, menciona que no todos deciden simplemente dejar su empleo sino también emprender aprovechando las oportunidades que les de la tecnología actual.
Por lo anterior, la experta en psicología menciona que ella no está de acuerdo con llamar a la generación Z como “de cristal”, pues menciona que no son fáciles de romper, ya que encuentran soluciones a través de la tecnología y “tienen una manera diferente de manejar la realidad, el mundo y las emociones”.
vcz.