A lo largo de la vida, muchas personas sueñan con ser madres y padres. Así es como tener un hijo se convierte en uno de sus mayores objetivos y realizaciones personales. Ya sea a través de adopciones o por medio de la tradición biológica, un bebé siempre es recibido como una bendición en estas familias.
Respecto del último método, a veces los embarazos no llegan a buen término y se produce la pérdida del niño por nacer. Estas experiencias se constituyen en unas de las más dolorosas para las personas que las viven. Y en base a estas emociones es que surge el concepto de bebé arcoíris.
¿Qué es un bebé arcoíris?
Perder un embarazo, sea cual sean las causas, es uno de los dolores más profundos e inexplicables para los padres y especialmente para una madre. Las emociones de angustia, tristeza y desconcierto se apoderan de los pensamientos por un largo periodo y todo lo demás pasa a segundo plano.
Te podría interesar
Pese a estos momentos de mucho dolor, algunos padres deciden volver a intentar tener un hijo. Si este nuevo embarazo llega a buen término, entonces se dice que nació un bebé arcoíris. Esta denominación se utiliza para aquellos nuevos integrantes que se suman a las familias, luego de una pérdida anterior por muerte infantil, aborto espontáneo, interrupción fetal o muerte neonatal.
¿Cuál es el significado de un bebé arcoíris?
Recibir a este niño es una manera de superar el suceso traumático y doloroso, y ver esta nueva experiencia como una gran segunda oportunidad. El significado emocional y simbólico de la denominación bebé arcoíris, está ligado a la creencia de que este pequeño ser ilumina la vida de sus padres después de un momento oscuro y de angustia.
Te podría interesar
Al igual que un arcoíris multicolor, alegre y brillante, que ilumina el cielo después de una tormenta, el bebé se convierte en símbolo de la esperanza y nuevas oportunidades. Este niño es especial para sus padres porque representa la superación del dolor que quedó después de la pérdida de un embarazo.
Sin embargo, es importante destacar que tener un bebé luego de una pérdida de embarazo anterior, es un proceso emocional complejo. Esto se debe a que, si bien se experimenta la alegría y felicidad, también se siente preocupación y miedo a pasar por la misma situación futura.
Además, otra de las sensaciones que pueden experimentar los padres es la de sentir que reemplazaron al hijo perdido. En este sentido, es crucial la ayuda de un profesional de la psicología para aprender a disfrutar al bebé que llegó a agrandar la familia.